Espacios que se dilatan, segundos que envenenan.
A destiempo siempre se llega tarde.
Se pierden horas, minutos arden.
Perecen sin nacer semillas de cobardes.
La felicidad es frágil, y la comodidad fácil.
La conciencia es ágil y estridente:
Golpea el sentir insistente,
durmiendo de vez en cuando.
Sólo cuando tú duermes.
Con desatino, y sin atinar
con ánimo, escucha los sonidos,
y por la fuerza entiende el oído,
que bailando se aprende a bailar.
y por la fuerza entiende el oído,
que bailando se aprende a bailar.