Atisbando mil visiones para sentirse inteligente es divergente casi siempre.
La verdad siempre depende del oyente. Complaciente en primer plano, potencial inconsecuente.
Y vive entre palabras disfrazando conformidad, egoísmo y sed a sabiendas de la necesidad de volver a las raíces donde se ancla el por qué: entre mucho que contar y nada que vender.